28 julio, 2006

La puna

La puna es imposible de definir. Es de esos lugares que, o se perciben en directo, o no se entienden. Llevo deseando hacerlo desde hace años. Y hoy ha sido el día.

Imaginad una extensión tremenda de luz. Imaginad laderas suaves y pendientes de longitud infinita. Imaginad tremedales gigantescos, bofedales del tamaño de ciudades enteras, aguas serpenteando mil veces en las que chapotean gansos andinos y pescan garzas del Nuevo Mundo. Imaginad al fondo las montañas nevadas más majestuosas que podáis creer, e id un poco más allá porque os habréis quedado cortos. Imaginad la inmensidad, el aire transparente y enrarecido, la fatiga, la soledad perfecta, la pequeñez del hombre. Imaginad la libertad.




1 comentario:

Julio dijo...

Fotos tomadas en el valle del río Pachacoto, cerca de Catca, dentro del Parque Nacional Huascarán. La planta de la última foto (la de la derecha, cachondos) es un ejemplar de puya (Puya raimondii), una de las rarezas más espectaculares de la flora andina. Vive 70, 100, 120 años en estado vegetativo, y un buen día florece... y muere. He visto libar en ella a los colibríes y a los pájaros carpinteros usarla como percha (y tengo fotos). Aunque no lo parezca, es una bromeliácea... Otro día os cuento de las biólogas que me he encontrado en el campo, haciendo su tesis doctoral sobre colibríes... Y de Sulema ("Zulema"), de ojos de color de miel a la que le encantan los míos, que ella dice verdes. Y del profesor Carlos (profesor de primaria en Catca). Y de Pedro, ingeniero. Y de tantas cosas. No doy a basto, amigos míos...