30 julio, 2006

Nevado Pastoruri

Un glaciar de montaña no es lo mismo que uno de valle, y el "Mer de Glace" de los Alpes franceses, con sus grietas de fondo ignoto, es insuperable salvo probablemente alguna cosa en el Himalaya, supongo. Pero la Cordillera, ah, chicos, la Cordillera. Hoy he pisado los 5300 m. Nada menos. Os aseguro que no podía con mi alma, y eso que la subida parte ya de los 4700, que es donde te deja el autobús. Naturalmente, matito de coca antes de salir y, en la subida, chacchándola, como mandan los cánones. Eso sí, la ayuda de la "cencia" en la mochila por si hiciera falta: las pastillitas de "glucosport" de Maripaz y una tableta de cloramina glucosidada, específico para el mal de altura. Pero no ha hecho falta, a pesar de cierto dolor de cabeza a ratos, mareo seguro si te agachas y te levantas, y falta absoluta de resuello, parando cada pocos metros. Para llegar al colladito desde el que he visto los Andes Occidentales como una postal, en la cuerda que da a la cima del Nevado Pastoruri (5400 m, la he tocado practicamente, pero esperaba el autobús), hay que atravesar la lengua del glaciar, media horita o cuarenta minutos sobre hielo. El glaciar del Pastoruri está en fusión, y se retira a una velocidad de unos 15 metros al año. Será por el cambio climático. O será porque hace calor, qué se yo.

Durante la subida he conocido a Christian (he subido con él), que estudia turismo y era la primera vez que tocaba la nieve (es de Lima). También, fugazmente, a un guía de montaña autóctono, entradito en años y pura fibra, Leonardo, que subía con un francés. En cuestión de minutos nos hemos hecho la foto, me ha dado su dirección, y me ha enseñado dos cosas en quechua: "shumag", que es "bonito", y "shongo", que es "corazón". "Shonguyami cuiasunki" es "mi corazón te quiere". Shumag, digo bonito, ¿verdad? Para rematar el día, me he vuelto a encontrar con el profesor, Carlos, que hacía un servicio de taxi a la base del Pastoruri y me ha llamado de lejos porque me ha reconocido cuando ya iba a tomar el autobús. Un alegrón ya que es una persona a la que he cogido cariño. Bueno, esta vez menos literatura, y unas foticos para poner los dientes largos:







4 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso, y que bien transmite lo que vive FELICIDADES

nacho dijo...

Y tan largos que pones los dientes.
Por cierto, no pierdas el tiempo entrando a mis blogs.Tengo que actualizarlos y quizás les de un giro....
Cuídate Julio.

Anónimo dijo...

Hola Julio, me adhiero a la tertulia tras regresar de Galicia (por cierto se me ha jodido allí el coche). Me das mucha envidia como puedes imaginar. Veo que solo te falta correr desnudo por el páramo para sentir completamente la libertad, en fín, felicidades.

Chele

Julio dijo...

Anónimo: gracias, y ¡sigue por aquí!
Nacho: vale, tomo nota.
Chele: vaya, siento lo del coche, que sea poco. Sí, sólo me falta eso, pero mañana voya una cascada de esas tropicales que te mueres. Igual...
Cuidáos todos. A pesar de todo, se os echa de menos, no creáis...